LEYES DE LOS GASES Y SU APLICACIÓN A LA FISIOLOGÍA RESPIRATORIA.
Las leyes de los gases afectan a las reacciones del cuerpo
cuando hay cambios de presión atmosférica, temperatura y volumen. Complementando la ley de Boyle-Mariotte existe una ley (de
Gay-Lussac) que establece la relación entre el volumen y la presión a que está
sometido un gas y su temperatura en el sentido de que presión multiplicada por
el volumen y dividido por la temperatura es constante, si bien la relación con
la temperatura no es muy importante en la función respiratoria humana, ya que
el aire inspirado se calienta antes de llegar a los pulmones a una temperatura
prácticamente constante. Según la ley de Charles, el volumen de un gas siempre
que la presión sea constante, es proporcional a su temperatura.
Cuando los gases penetran en los pulmones si que están más
calientes que el exterior y la presión es igual que la atmosférica, se expanden
y aumenta ligeramente el volumen pulmonar.
El aire inspirado, procedente de la atmósfera (rico en
oxígeno y pobre en anhídrido carbónico) sabemos que se mezcla con el aire del
espacio muerto (pobre en oxígeno y rico en dióxido de carbono) y que a su paso
por las vías respiratorias altas se va humedeciendo.
Respiración y alveolos
Si a esto le añadimos que continuamente se está produciendo
una extracción de oxígeno del aire alveolar y una incorporación mantenida de
anhídrido carbónico procedente de la sangre al aire alveolar, es lógico pensar
que la composición del aire atmosférico y del aire alveolar no es la misma y
que al variar el porcentaje de cada gas en la mezcla, también lo hará la
presión parcial de cada gas en el alvéolo. Otra variable que interviene en el proceso de difusión de
los gases respiratorios es el coeficiente de solubilidad de cada gas. Los gases
pasa difundirse deben disolverse en los tejidos corporales, constituidos
básicamente por agua.
El índice de difusión de un gas a través de la membrana
respiratoria es: directamente proporcional al área de superficie, a la
solubilidad de ese gas para pasar por la membrana pulmonar y a las presiones
parciales, e inversamente proporcional al espesor de la membrana que tiene que
atravesar y a la raíz cuadrada del peso molecular del gas.
A continuación se muestra un cuadro que sintetiza más claro la composición del aire alveolar (dar click para ver la imagen más grande).
La sangre venosa que procede de todos los tejidos del organismo
es pobre en oxígeno, siendo la presión parcial del oxígeno de 40 mm Hg. Esta
sangre crea un gradiente de presión que favorece el paso de oxígeno desde el
alvéolo (104- 105 mm Hg) al capilar pulmonar. A la salida del capilar, la
sangre ya oxigenada eleva su presión parcial de oxígeno aproximadamente uno 100
mm Hg. Con el anhídrido carbónico ocurre al contrario, es decir, la
sangre venosa va recogiendo el anhídrido carbónico producido por los tejidos y
a la entrada en los capilares pulmonares la presión parcial es de 45- 46 mm Hg,
como en el alvéolo la presión parcial de este gas es menor, existe un gradiente
que favorece el que el anhídrido carbónico deje el capilar para ir hacia el
alvéolo y ser expulsado en la espiración.
Este gradiente de presión es menor que el que necesita el
oxígeno para difundirse pero es suficiente ya que el coeficiente de solubilidad
del anhídrido carbónico es mucho mayor que el del oxígeno.
El último proceso de la respiración es el de la respiración
interna, también denominada respiración tisular. La sangre que llega al corazón una vez oxigenada es bombeada
por el ventrículo izquierdo hacia la aorta y de ahí hacia todas las células del
organismo. Se produce entonces el intercambio de gases entre los capilares
sanguíneos de los tejidos y las células de tal forma que la sangre se convierte
en sangre pobre en oxígeno y con más anhídrido carbónico.
Los gases tienen que pasar de la sangre a las células, en el
caso del oxígeno, para ofrecerse a las mismas a fin de poder obtener energía
aeróbica en los procesos metabólicos, y el anhídrido carbónico producido en el
interior de las células producto de los procesos metabólicos, debe de alcanzar
los alvéolos para ser eliminado por la respiración.
A los capilares de los tejidos llega la sangre oxigenada con
una presión parcial de oxígeno de 105 mm Hg, como la presión parcial del
oxígeno en las células de los tejidos es menor (entre 10 y 30 mm Hg) porque la
célula lo consume rápidamente, el gas tiende a difundirse hacia el líquido
intersticial y las células hasta que la presión parcial del oxígeno en la
sangre baja a los niveles con los que entra en el torrente circulatorio venoso
( 40 mm Hg).
El recorrido del anhídrido carbónico es en sentido contrario
del que hace el oxígeno, ya que la presión parcial de CO2 en las células de los
tejidos es mayor que la de la sangre arterial y, sin ser tan grande la
diferencia de presiones, la difusión se ve facilitada por el alto coeficiente
de solubilidad que tiene este gas. A medida que pasa anhídrido carbónico de las células a la
sangre, la presión parcial del CO2en sangre va aumentando hasta llegar a los
niveles que tiene la sangre venosa del capilar (45 mm Hg). Esta sangre es
llevada de en dirección centrípeta hacia el corazón derecho, desde donde es
bombeada hacia los pulmones e iniciar un nuevo ciclo respiratorio.
A continuación se presentan esquemas para poder entender mejor la respiración interna o tisular.
6 comentarios:
Muy buena explicación
muy buena información.
esta muy detallada
Muy buena información.
Excelente trabajo..
muy buena información.
esta muy detallada
Muy buena información
Esperamos les sea útil la información y puedan comprender más a fondo las relaciones que podemos encontrar entre la física y los procesos vitales como la respiración. Buenas noches
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